derechoLeyendo una noticia (El Tiempo, 02-01-2010) acerca de la recolección de un millón de firmas para la inscripción como candidato presidencial de un verdadero desconocido de nombre Róbinson Alexánder Devia, se me ocurrieron varias inquietudes: ¿Serán válidas las firmas por un candidato sin rostro que también carece de un programa, un ideario y un partido? ¿Si se trata de un desconocido que, repito, tampoco tiene propuestas conocidas, qué es lo que respaldaron un millón de personas con sus firmas? ¿Si candidatos con buen reconocimiento —como Sergio Fajardo— tardan tantos meses y tienen tantas dificultades para recoger menos firmas, cómo se logró recoger tantas firmas por un ciudadano anónimo en tres meses y medio?, ¿cuánto pagaban por cada firma? ¿Será que su movimiento, ‘La voz de la conciencia’, es lo independiente que dicen sus organizadores?, ¿quién los financia?

Traigo esto a colación porque uno de los obstáculos que le quieren atravesar al referendo reeleccionista es el de la pregunta que fue respaldada por las firmas ciudadanas. Visto está que aquí no se le niega una firma a nadie, pero, en el caso del referendo, estaba claro que todos firmaban para apoyar la posibilidad de reelegir al Presidente Uribe en el periodo 2010-1014. Lo demás es literatura, que es a lo que se deben dedicar los gramáticos de ocasión que siembran dudas sobre la claridad de algo tan palmario. Ahora no falta sino que las dudas sobre la redacción de la pregunta sean vistas como un impedimento y que Devia sea admitido como candidato. El  mundo al revés.

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Posted by Saúl Hernández